Chile: Kast propone que los migrantes irregulares financien su retorno y reaviva el debate sobre control fronterizo

En el segundo debate presidencial, el candidato ultraderechista reiteró su plan de exigir que los migrantes en situación irregular paguen su salida del país. La oficialista Jeannette Jara defendió un enfoque humanitario del control fronterizo, centrado en la seguridad sin criminalizar la pobreza.

El candidato ultraderechista José Antonio Kast volvió a colocar la cuestión migratoria en el centro del debate político chileno. Durante el segundo debate presidencial televisado, propuso que los migrantes en situación irregular “paguen su pasaje de salida” del país si llega al poder. La declaración provocó una inmediata controversia y reforzó la división entre las posturas de los principales candidatos a tres semanas de las elecciones del 16 de noviembre.

“Los vamos a invitar a abandonar Chile”, afirmó Kast durante el foro transmitido por Canal 13, en alusión a las más de 330.000 personas que viven actualmente sin regularización. “Es mucho más económico pedirles que colaboren para volver a su patria que retenerlos aquí”, agregó, insistiendo en que no habrá regularizaciones masivas bajo su eventual gobierno.

La candidata del oficialismo, Jeannette Jara, respondió con un tono conciliador, defendiendo la necesidad de “mantener el control con humanidad” y advirtiendo sobre el riesgo de criminalizar la pobreza. Para Jara, la seguridad y el respeto a los derechos humanos deben coexistir. “La gente quiere vivir y dormir tranquila, y eso incluye que el Estado garantice fronteras seguras, pero también derechos humanos”, sostuvo.

De acuerdo con la cobertura de Página/12, la discusión reflejó la creciente centralidad del tema migratorio en la campaña chilena, donde seguridad, economía y fronteras se consolidaron como los tres ejes dominantes del discurso electoral. Aunque los ingresos irregulares se redujeron a la mitad desde 2021, el debate público sigue marcado por la percepción de la migración como un problema de seguridad.

Chile, que durante décadas fue receptor de flujos migratorios moderados, experimentó desde 2018 un incremento de ingresos irregulares, principalmente por pasos del norte. Actualmente, los migrantes representan cerca del 9% de la población, según datos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Este cambio demográfico ha sido aprovechado por sectores de la ultraderecha para asociar migración con inseguridad, un vínculo que Kast ha convertido en el núcleo de su campaña.

El candidato, que busca su revancha tras perder ante Gabriel Boric en 2021, ha optado por concentrar su mensaje en seguridad, economía y migración, dejando de lado cuestiones valóricas como el aborto o el matrimonio igualitario. Durante el debate, prometió “cerrar las fronteras como corresponde” y eliminar “todo beneficio social” a los migrantes en situación irregular. Además, propuso la realización de vuelos chárter para expulsiones, financiados por los propios retornados.

Su postura fue respaldada parcialmente por otros candidatos de la derecha. Johannes Kaiser, del Partido Nacional Libertario, prometió “expulsar a todos los extranjeros ilegales” y “recuperar la estructura valórica del país”. Evelyn Matthei, representante de la derecha tradicional, adoptó una posición más moderada: “Jamás quitaría el derecho a salud ni educación a nadie, pero primero los chilenos”, afirmó. Por su parte, Franco Parisi, de la derecha populista, evitó profundizar en el tema, aunque propuso dotar de armas no letales a las guardias municipales como parte de su plan de seguridad.

Desde la izquierda, Jara —militante del Partido Comunista y candidata con un 30% de intención de voto según Cadem— planteó un enfoque institucional del control migratorio, en línea con la política del gobierno de Boric. Defendió el despliegue de las Fuerzas Armadas en la frontera, pero con un criterio de legalidad y proporcionalidad. También propuso programas de inclusión laboral y coordinación con los países de origen para ordenar los flujos migratorios.

Mientras Kast promete “ni una regularización más” y Kaiser insiste en “limpiar el país de ilegales”, Jara busca equilibrar control y derechos, proponiendo la creación de una unidad especializada de Carabineros como policía fronteriza y políticas de integración para migrantes regularizados.

Los analistas coinciden en que, más allá de las diferencias retóricas, todos los candidatos comparten una agenda de mayor control fronterizo, reflejo del clima político del país, donde la migración es percibida más como un desafío de seguridad que como un fenómeno social.

A tres semanas de los comicios presidenciales y parlamentarios, los sondeos anticipan una segunda vuelta polarizada entre Jara y Kast, con una ventaja de ocho puntos para la candidata oficialista. La gran incógnita es si la cuestión migratoria —que hace pocos años no figuraba entre las principales preocupaciones ciudadanas— se convertirá finalmente en el tema definitorio de la elección y en un factor clave para decidir quién ocupará La Moneda a partir de marzo.